¡Yo no creo en el empate!

Desde que la mujer logró el derecho a voto han sido muchos los avances en esta materia, pero aún la presencia de mujeres es más bien escasa, y Chile no es excepción pese a que representamos al 50% de la población. Es verdad que tenemos una Presidenta, pero si miramos cuántas mujeres están en altos cargos gubernamentales o grandes empresas estamos al debe.

El 2013 la Universidad Diego Portales realizó el estudio “Mujer y Política” donde el objetivo de la investigación era conocer la participación de la mujer en Chile en puestos de toma de decisiones tanto en el ámbito público y privado.

En él se hace patente que en todos los sectores existe una pirámide de poder, donde a medida que se va ascendiendo, las mujeres van disminuyendo su porcentaje de ocupación de cargos en relación a los hombres.

Según este estudio, la inclusión de la mujer en puestos altos de decisión se da en forma mucho más significativa en el ámbito público que en el sector privado. En las empresas y sector financiero es donde se observan los más bajos niveles de incorporación de la mujer en cargos de alta responsabilidad (1 7, y 3 7% respectivamente). Estas cifras no hacen más que demostrar que el problema de la poca presencia de la mujer no es exclusivo del sistema político, sino más bien es estructural de la sociedad chilena.

Entonces, ¿cómo solucionamos el problema? La política ha hecho intentos por solucionar el tema, pero la forma ha sido el cuoteo. Igual número de hombres y mujeres en cargos públicos. El problema de esta solución es que las mujeres que son designadas en los cargos lo son sólo por la necesidad autoimpuesta de cumplir la cuota, y no necesariamente por sus capacidades o aptitudes. Por lo tanto, se corre el riesgo de tener una mala gestión y de que al final del día escuchemos que las mujeres no servimos para ese tipo de cargo (con frases como “es que eso pasa por poner minas”).

Las mujeres necesitamos igualdad en la cancha, igualdad para demostrar que somos capaces, no que nos den un cargo por el sólo hecho de ser mujeres. El cuoteo no hace más que reafirmar que no somos capaces y que necesitamos que nos aseguren un cupo para estar. Es necesario en Chile que las mujeres tengamos voz respecto a los temas que nos afectan directamente: aborto terapéutico, leyes laborales y un largo etc. No puede ser que sean los hombres quienes decidan qué es mejor para nosotras. No somos mejores ni peores, somos distintos, y eso tiene que estar reflejado en la política, y por cierto, también en aquellos lugares donde nos desarrollamos profesionalmente. Que nos den la oportunidad de entrar a la cancha y nosotras demostraremos que somos capaces de cambiar la historia. Mujeres que lleguen al poder por sus capacidades, no por cumplir la cuota.